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La etiqueta B es el último de los distintivos que entrega la DGT en materia de contaminación ambiental. El color de la pegatina que representa a la etiqueta B es el amarillo. La encontraremos sobre todo en coches más antiguos que, no disponían de la tecnología de hoy en día para cuidar el medio ambiente.
Al igual que ocurriera con los automóviles con etiqueta C, la etiqueta B se entrega a partir de una fecha establecida. En esta ocasión, los beneficiarios son todos los turismos y furgonetas ligeras con motor gasolina matriculados desde el comienzo del año 2000, y todos los motores diésel matriculados a partir de enero del 2006.
Asimismo, se distingue de igual manera entre los anteriores y los vehículos con más de 8 plazas y de transporte de mercancías. Estos últimos podrán recibir la etiqueta B siempre y cuando su matriculación se produjera el 1 de enero del 2005 como tarde. En nomenclatura europea, nos referimos a los vehículos gasolina Euro 3 y los coches diésel Euro 4 y 5.
Haciendo cuentas, notamos que un ejemplo de vehículo con etiqueta B es aquel turismo de gasolina que se matriculó hace, como mucho, 22 años, y, como poco; hace 17. Al ser vehículos de más de dos décadas en muchas ocasiones, y con un intervalo de tiempo no muy extendido, la existencia de la pegatina amarilla cada vez es más residual.
