Parece una broma o mentira, pero un coche de ocasión se puede vender por el olfato. A la hora de revisar un coche nuevo, el posible comprador utiliza todos sus sentidos. Evidentemente la vista para comprobar el estado visual del vehículo, el oído para escuchar el motor y la mecánica del coche, el tacto para revisar la tapicería de demás elementos así como el olfato.
Este último punto no suele estar muy claro pero en ocasiones, hay muchos vendedores que comenten fallos de novato a la hora de poner a la venta su vehículo. ¿A que nos referimos con vender un coche por el olfato? Un claro ejemplo es cuando nos disponemos a ver un coche en el que estamos interesados y cuando entramos en el habitáculo, somos golpeados nasalmente por un fuerte olor a animal de compañía como perro o gato.
Además, ya os puedo adelantar que si estáis en una exposición o ante un particular y veis que el vehículo tiene en su interior varios ambientadores, ya podéis salir corriendo. Lo mejor que podemos hacer es localizar la fuente del mal olor y eliminarla. Nada de tratar de camuflar los olores con ambientadores. A la larga será peor y ofreceremos una sensación de desconfianza a nuestros posibles compradores.
Un simple lavado a fondo del interior, incluyendo guarnecidos, salpicadero, tapicería y alfombrillas, hará que nuestro vehículo gane en enteros y además de ofrecer una sensación de haber mimado nuestro coche, el cliente se sentirá más cómodo revisando ya que no detectará ningún mal olor. Si hemos transportado animales en el coche, debemos de revisar concienzudamente el habitáculo en busca de pelos.
Más vale dar varias pasadas con la aspiradora que tener que dar algún tipo de explicación ante los interesantes en nuestro coche de ocasión.
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