Si hace unos días explicamos el funcionamiento de las subastas de coches de segunda mano en España (y fuera de nuestro país), hoy me gustaría daros a conocer algunos aspectos a tener en cuenta si tienes pensado asistir o participar en alguna de ellas. Antes de nada es muy importante tener claros algunos conceptos para evitar sentirnos frustrados al no conseguir el coche deseado.
Y es que, por una parte, debemos de partir de la base de la existencia de un “precio de reserva”: El vendedor designa un precio por encima del que se compromete a vender el vehículo. Una vez establecido, el coche sale a concurso a la espera del mejor postor. En caso de que el vehículo que salga a subasta no alcance la cifra del precio de reserva, si el vendedor entiende que el precio conseguido en la puja es aceptable, debería de validar la última puja.
Dada dicha situación, nos encontraríamos ante una venta “provisional” en la que la empresa negociará como intermediaria entre vendedor y comprador para poder alcanzar un acuerdo de venta. Otro concepto a tener en cuenta es el acrónimo REBU. Los vehículos que se acogen bajo el régimen de bienes usados están habilitados a declarar IVA únicamente por la diferencia entre el precio de compra y el de venta. No existe un IVA para deducir.
Por otra parte, también debemos de tener en cuenta que, las subastas de coches de segunda mano, son el lugar perfecto para adquirir vehículos embargados. Además, hacerse con un coche en estas condiciones no requiere de complicados trámites. Bastará con el DNI y consignar un 25% del precio de salida del bien por el que pujar, mediante un cheque certificado a nombre de la Tesorería General del Estado.
Sin embargo y en caso de querer participar en una subasta online, destacar que cada portal web puede variar los requisitos y datos personales que deben de aportarse.
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