Desde que la crisis económica se instaurara en la gran mayoría de hogares españoles. Hay una frase que en alguna ocasión hemos dicho o escuchado. Apretarse el cinturón. Y la verdad, es extrapolable a todos los sentidos. Incluso el sector del automóvil no es ajeno a ello. Además, de que ha sido uno de los más castigados. Según un informe publicado por Observatorio del Vehículo de Empresa (CVO) promovido por Arval, los españoles alargamos la vida útil de nuestro coche hasta los 10,7 años, lo que supone, un incremento de 18 meses desde antes de la crisis.
Intentamos alargar lo máximo posible la vida útil de nuestro coche y solo nos planteamos cambiarlo ante una coyuntura puntual como problema mecánico importante, aumento de la familia o por ser demasiado viejo. Lamentablemente, esta solución de ahorro “rápido” sale demasiado cara en términos de siniestralidad. Según los datos publicados por la DGT, el pasado mes de marzo se rompió la tendencia bajista contabilizándose 76 accidentes frente a los 64 del mismo periodo del pasado año.