Parece una broma o mentira, pero un coche de ocasión se puede vender por el olfato. A la hora de revisar un coche nuevo, el posible comprador utiliza todos sus sentidos. Evidentemente la vista para comprobar el estado visual del vehículo, el oído para escuchar el motor y la mecánica del coche, el tacto para revisar la tapicería de demás elementos así como el olfato.
Este último punto no suele estar muy claro pero en ocasiones, hay muchos vendedores que comenten fallos de novato a la hora de poner a la venta su vehículo. ¿A que nos referimos con vender un coche por el olfato? Un claro ejemplo es cuando nos disponemos a ver un coche en el que estamos interesados y cuando entramos en el habitáculo, somos golpeados nasalmente por un fuerte olor a animal de compañía como perro o gato.