Hay muchos conductores que desconocen algo curioso sobre sus vehículos. Muchos de los componentes que forman nuestros coches están unidos unos con otros mediante pegamento. Muchas personas pensarán que están pegados mediante soldaduras o tornillos y tuercas. Sin embargo, nada más lejos de la realidad. En los últimos años el pegamento ha ido cogiendo un papel más protagonista dentro de la industria del motor.
En parte, esto viene generado por la necesidad imperiosa de hacer los coches más ligeros y por lo tanto, eficientes. Si de un vehículo consigues eliminar una buena cantidad de soldaduras o tornillos/remaches, podrás reducir en gran parte su peso final. Sin embargo, todavía hay varios aspectos a los que los fabricantes de estos superpegamentos tienen que hacer frente y es la resistencia del mismo a las altas temperaturas o el contacto con el aceite.
Se espera que este año 2014 alcance el mercado global de adhesivos estructurales usados tanto en coches como en aviones los 2.000 millones de dólares (1.550 millones de euros). En la década de los 60 fue utilizado por primera vez este tipo de adhesivo en los limpiaparabrisas. Hoy en día y poniendo por ejemplo, a la nueva generación de la Ford F-150, esta pick-up utiliza hasta tres veces más de pegamento que aquellos vehículos de los 60.
Esto, unido a la utilización de fibra de carbono, aluminio o magnesio, conseguimos reducir hasta límites insospechados el peso de un coche.
Fuente | Faconauto
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