Según denuncia la RACC en un informe, esta práctica tiene un grave efecto negativo sobre la economía española y el propio conductor, así como sobre la seguridad vial y el medio ambiente ya que se mantiene en circulación por más tiempo vehículos de mayor edad a la explícita por el propio cuentakilómetros. Además, dicho documento también pone un especial énfasis sobre el fraude ocasionado al consumidor final.
En un primer momento, el consumidor estará pagado un precio mayor al que debería tener el coche de ocasión que está adquiriendo. Además, como bien decimos, también es un peligro para la seguridad vial ya que el vehículo tiene más uso del reflejado en la documentación oficial. Por otra parte, este acto, que por otra parte es delictivo (con penas de cárcel), provoca de manera directa una competencia desleal, puesto que el valor real del coche real del coche es menor de percibido.
Además, los coches con más kilometraje emiten más dióxido de carbono a la atmósfera. Según se especifica en el informe que publica la RACC, esta situación afectaría al 5% del parque automovilístico español. Por otra parte, en los coches de ocasión importados, el fraude ascendería al 12% de las unidades.
Desde principios de año es obligatorio que las ITV registren los kilómetros de los vehículos y se los comuniquen a la DGT (Dirección General de Tráfico).
Es algo que ya hemos hablado en Autofesa en más de una ocasión. Para evitar este tipo de fraudes lo mejor es adquirir un coche de ocasión en un concesionario ya que de darse este hecho, podremos denunciar dicha práctica. En caso de comprar un coche usado a un particular, el anterior propietario del vehículo puede aludir a numerosos motivos para evitar ofrecer algún tipo de compensación.
Fuente | ABC
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