Aunque este artículo muy bien sería extrapolable a un coche nuevo recién sacado del concesionario, creo que lo ideal sería llevarlo más al terreno de los coches de ocasión. Siguiendo una serie de cuidados y atenciones para el motor, podremos alargar notablemente la vida de nuestro vehículo. Sin lugar a dudas, un coche que no recibe una especial atención por su conductor así como una revisión periódica de los distintos elementos que podemos controlar simplemente con levantar el capó hará, que el motor se resienta a la larga y por tanto, que pierda años de vida útil.
Siempre está el dicho de su un coche ha salido bueno o malo, pero la verdad, hay mucho más trasfondo que el tener un motor fiable. Las revisiones, estilo de conducción, limpieza, lugar en donde se estaciona el vehículo y mucho más. Una de las tareas que cualquier conductor no debe dejar pasar es la de comprobar los niveles del coche así como sustituir en el tiempo indicado elementos tan importantes como el aceite, frenos así como filtros. Si esto lo llevamos al día tendremos mucho ganado.
Además, si se trata de un motor de gasolina habrá que tener un especial cuidado con las bujías. Por otra parte, en los motores diésel, no debemos abusar de los aditivos aunque sería recomendable utilizar uno de marca Premium cada 100.000 kilómetros.
Uno de los cuidados más importantes es a la hora de arrancar el coche cuando hace frío. A bajas temperaturas el aceite reposa en el cárter, la zona más baja del bloque motor y por lo tanto, tarda unos instantes hasta subir a la zona más alta. Por ello, es recomendable que tras arrancar el coche en invierno, esperar unos segundos hasta tocar el pedal del acelerador. Tampoco es bueno pegar acelerones.
Durante los primeros minutos de conducción (si el motor estaba frío) es importante realizar una conducción tranquila permitiendo de esta manera que la mecánica alcance la temperatura idónea de funcionamiento cuando el aceite se hace más fluido lubricándolo así de manera homogénea. Hay que tener en cuenta que nuestro propio estilo de conducción influye directamente en la vida del motor. Por lo tanto, hay que seguir una conducción eficiente pero que tampoco sea extrema. Hay que tener en cuenta que una conducción eficiente llevada al extremo es igual de perjudicial para el motor que hacer “el cabra” con el coche.
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